Por ahora, los robotaxis de Uber cuentan con operadores de vehículos, pero las empresas están trabajando para poner a disposición del público una experiencia totalmente sin conductor el año que viene.
La empresa estadounidense de servicios de transporte Uber Technologies y el fabricante de tecnología sin conductor Motional lanzaron el miércoles su servicio público de robotaxi en Las Vegas. El duro escrutinio normativo y el retraso en la adopción comercial de la tecnología de vehículos autónomos han retrasado el despliegue de los servicios de robotaxi, dejando preocupados a los inversores. El lanzamiento forma parte de un acuerdo no exclusivo de 10 años entre ambas empresas para la fabricación de vehículos sin conductor, al que seguirá un despliegue en Los Ángeles.
En el acuerdo multimercado, los vehículos autónomos de Motional también transportarían pasajeros y artículos de reparto para Uber y su división Uber Eats.
Las empresas afirmaron que, de momento, contarán con operadores de vehículos, pero que están trabajando para poner a disposición del público una experiencia totalmente sin conductor el año que viene.
Si hay un vehículo autónomo disponible para completar el viaje, Uber emparejará al usuario con el vehículo y este recibirá una oferta de aceptación antes de que se confirme el viaje autónomo y se envíe a recogerlo.
Uber está reavivando sus planes de robotaxi tras un breve paréntesis después de vender su división de investigación de vehículos autónomos a la startup Aurora, con sede en San Francisco, en 2020.
Uber también ha firmado un acuerdo de 10 años con la startup de conducción autónoma Nuro para utilizar las cápsulas de reparto sin conductor de la empresa en California y Texas.
El mes pasado, su rival Lyft anunció que lanzaría el servicio de robotaxi en Los Ángeles, después de haberlo puesto en marcha en Las Vegas a principios de año.
Motional, que utiliza el coche eléctrico IONIQ5 de Hyundai para el servicio de robotaxi, es una empresa conjunta entre el fabricante surcoreano y la empresa de tecnología automovilística Aptiv, y lleva un par de años probando vehículos autónomos sin conductor de seguridad.
El miércoles, un tribunal australiano impuso a Uber una multa de 21 millones de dólares australianos (unos 115 millones de rupias) por amenazar con tasas de cancelación que nunca cobró y exagerar las tarifas estimadas en algunos viajes. La sanción fue inferior a lo que pedía el regulador.
La rama australiana de la aplicación estadounidense de viajes compartidos infringió la ley del consumidor al engañar a los clientes con advertencias de que se les cobraría por cancelar algunos viajes de 2017 a 2021 y al utilizar un algoritmo de software inexacto para estimar las tarifas de un servicio de taxi que ofrecía hasta agosto de 2020, dictaminó el Tribunal Federal.